Este pasado 28 de abril el presidente Juan Manuel Santos y el saliente ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo López, anunciaron la esperada resolución sobre uso racional de bolsas plásticas en Colombia, hecho que lo pone como uno de los 70 países en el mundo que regula el uso de las mismas.

Mediante la resolución 0688 del 28 de abril de 2016 se establece a cargo de los distribuidores de bolsas (almacenes de cadena, grandes superficies comerciales, farmacias) la obligación de formular, implementar y mantener un Programa de Uso Racional de Bolsas Plásticas con metas que a 31 de diciembre de 2017 permitan la reducción en un 10% del número de estas, para luego sumar reducciones anuales del 5% hasta alcanzar como mínimo un 60%.

En Merkagreen celebramos esa decisión que aunque tardía, pues hace décadas muchos países ya tomaron ese tipo de decisiones, busca reducir las 288 bolsas por año que en promedio utiliza hoy un colombiano, es decir, casi una bolsa por día.

La importancia de esta decisión radica en varios hechos:

La mayoría de las bolsas plásticas son fabricadas con petróleo un recurso natural no renovable y que consume importantes recursos para su extracción.

Solo el 5% de las bolsas plásticas son recicladas y el resto termina en rellenos sanitarios o en el océano.

12 minutos es el promedio de uso de una bolsa plástica y su degradación puede tardar cientos de años.

Sin embargo, en Merkagreen consideramos que la resolución solo abordó una muy pequeña parte del problema y dejó de lado uno fundamental: el excesivo envasado y empaquetado de productos sobre el cual nada dice la resolución.

Por ello hacemos el llamado para que como consumidores responsables pensemos antes de realizar alguna compra con acciones como:

La disminución o eliminación de la compra de productos o servicios con excesiva cantidad de empaques o embalajes.

La reducción en el uso de bolsas plásticas mediante la utilización de bolsas de tela u otras alternativas, como canastos, costales, entre otros.

La supresión del consumo de artículos empacados en icopor, un plástico sumamente contaminante (poliestireno) con bajas posibilidades de reciclaje y prohibido en cientos de ciudades en el mundo.

La eliminación del uso de pitillos, un artículo plástico innecesario y del cual el mundo consume cientos de millones por día, que no se reciclan y van a rellenos sanitarios o al mar.

La entrega de información a otros para que tomen conciencia de la importancia que tiene la reducción del uso del plástico en el planeta.

Solo así, con el ambiente en mente  productos amigables con el entorno, pasaremos del pensamiento y discurso... ¡a la acción!